El Titanic se hunde y nosotros seguimos bailando en cubierta al son de una música superficial y profana, la tierra se resiente, cruje, se deshiela, se calienta, se extingue en su diversidad y nosotros seguimos pasando el fin de semana en las grandes superficies consumiendo sus exiguos recursos, ajenos a la reflexión y a la acción contundente que los acontecimientos reclaman.
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Fuente: Econoticias