Lógica individualista: comprar un kiwi de Nueva Zelanda
en el Lidl. El kiwi es rico y sanísimo, tiene mucha vitamina C
y más cosas buenas. Y en el Lidl sale tirado de precio.
El beneficio individual es claro...
Y no es tan fácil de ver la otra cara de la moneda, es más
lejana, más indirecta. Pero quizás nos deje de compensar si
pensamos que traer productos desde lejos implica cons-
truir autovías donde había bosques, respirar humo y escu-
char ruido de tantos camiones circulando. E implica tam-
bién que en nuestra tierra haya cada vez menos frutales.
Y si compro 6 kiwis en una bandeja de plástico genero mu-
cha basura y me suben los impuestos para poder tratarla. Y
en el campo hay cada vez menos trabajo y en la ciudad
cada vez más trabajo basura para grandes empresas. Y mi
tía tuvo que cerrar la frutería que tenía en mi calle, y en el
súper no sé que pasa pero todo el mundo va con prisa y
se me contagia el estrés y la fruta ya no sabe como antes
y le echan un montón de química que yo no sé si me hará
bien...
Quizás sea verdad que al final lo barato sale caro.
Un informe presentado en 2006 por el Gobierno britá-
nico afirmaba que no hacer nada frente al cambio climáti-
co reduciría el PIB global en un 20%, mientras que intentar
mitigarlo costaría 20 veces menos.
Pensar sólo a corto plazo y de manera individualista no
sólo no es ético ni justo, tampoco es inteligente. Es hora
de darnos cuenta de que cuidarnos pasa también por cui-
dar el entorno del que formamos parte.
Leído en el libro Consumir
Menos Vivir Mejor, Ideas prácticas para un consumo
más consciente, de Toni Lodeiro. Las negritas son mías.
Imagen de Wikimedia Commons
No hay comentarios:
Publicar un comentario