La ciudadanía es clave en el proceso; pero será imposible hacerlo sin voluntad política.
Hay una ciudad belga que invita a la ciudadanía (¡desde hace ocho años!) a no comer productos de origen animal un día a la semana, como parte de la concienciación sobre el calentamiento global. Esta iniciativa está sirviendo de modelo a ciudades tan dispares como São Paulo o Ciudad del Cabo.
La combinación ganadora: producción sostenible de carne, huevos y lácteos a pequeña escala para satisfacer una menor demanda de estos productos por parte de l@s consumidor@s y mitigar así el cambio climático.
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