"Sabemos que el plástico no sólo nunca jamás se va a biodegradar, sino que el reciclaje de nuestros desechos es cuestionable... El reciclaje es un buen negocio que nos ayuda, además, a sentirnos como unos superhéores de lo eco porque pensamos que con echar todo nuestro plástico en el contenedor amarillo, ya hemos cumplido nuestra tarea".
"Cuando dejas de consumir plástico... Es una manera estupenda de hacer el ridículo con tu cesta y de conocer a gente que todavía cree en que nuestro futuro no tiene por qué venir envuelto en una tarrina de plástico, como a veces lo hacen nuestros plátanos o nuestras mandarinas".
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