"La ganadería contribuye tanto a las emisiones de gases de efecto invernadero como todo el sector del transporte...Los animales requieren de grandes recursos hídricos; en el caso de los rumiantes, con las flatulencias expulsan enormes cantidades de metano (con mucho más poder de efecto invernadero que el CO2); se alimentan a menudo de cereales que necesitan gigantescas extensiones de tierra que antes fueron bosques".
“Pero no solo se trata de comer menos, sino de sacar toda la ganadería industrial del plato y que la que se consuma sea preferentemente agroecológica y siempre extensiva”.
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