Formar parte de iniciativas agroecológicas como grupos de consumo
autogestionados y huertos comunitarios induce cambios en los modos de
vida, los patrones de consumo y la dieta.
Quienes entran a participar,
lo hacen siendo conscientes, al menos parcialmente, de los problemas
sociales y ambientales asociados a los sistemas de alimentación global.
Implicarse en proyectos de alterconsumismo y huertos comunitarios
refuerza esa conciencia, la amplía a otros campos y les permite sentirse
partícipes de la construcción de alternativas desde lo colectivo.
Puedes leer el artículo completo de la revista "Soberanía alimentaria" aquí.
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