El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) ha publicado el 6.º Informe de Evaluación del Grupo de Trabajo II, en el que señala que los impactos climáticos están ocurriendo antes de lo previsto; ya hemos vivido fenómenos extremos que no se esperaban hasta 2100.
Es necesario un cambio profundo del sistema para no sobrepasar el 1,5 °C
y evitar que cientos de millones de personas se vean forzadas a
abandonar su hogar. La ciudadanía parece ser más consciente que la clase política y se organiza, por ejemplo, en grupos de consumo como PACCAS; una herramienta muy poderosa para ser parte de la solución, y no del problema, mediante nuestra cesta de la compra.
Muchos de los cambios que se están experimentando no tienen precedentes en siglos. Y gran parte de ellos, ante la inacción durante años y años de gobiernos y empresas, ya son irreversibles, como la continua subida del mar, la salud de los océanos o el deshielo de Groenlandia, y a muchas comunidades les será imposible adaptarse. En la COP26 y en otras movilizaciones climáticas, se ha comprobado que la ciencia y la ciudadanía van de la mano y exigen a la clase política acciones determinantes: una reducción real de emisiones ya, el cero real, no el cero neto basado en la compensación de emisiones.
Este informe deja bien claro que es necesario un cambio profundo de nuestro sistema económico, cultural, energético y alimentario. Es de vital importancia avanzar hacia un modelo que tenga en cuenta los límites del planeta, y que sitúe el bienestar de las personas y la salud de los ecosistemas en el centro de todas las políticas. Solo así se podrá hacer frente a la crisis climática, social y ecológica que vive el planeta.
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