Para 2020 y parte de 2021, la Comisión Europea, desde la Agencia Ejecutiva de Consumidores, Salud, Agricultura y Alimentación, ha adjudicado casi 13 millones de euros de dinero público a Interporc y Provacuno para seguir incrementando el consumo excesivo de carne, a pesar de que dicha agencia europea tiene entre sus objetivos mejorar la salud de la población.
A la vista de los datos de salud pública, tanto la UE como nuestro Gobierno deberían destinar recursos a informar y fomentar la reducción del consumo de carnes rojas y procesadas, y a evitar, por ejemplo, "barbaridades tan grandes como que en este momento haya organizaciones empresariales que lleven a cabo campañas públicas dónde confunden a la población haciéndoles creer que la carne de cerdo es carne blanca, y todo esto a la vista del Ministro de Consumo".
¿Es legítimo financiar con dinero público la publicidad del consumo de carne procesada en España, donde comemos una cantidad 8 veces superior a la máxima recomendada? Las consecuencias sanitarias también se pagan con dinero público.
¿Y sabe la gente que en su gran mayoría toda esa carne es de ganadería industrial?
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